La comunidad de Rosario de la Frontera continúa movilizada y preocupada por la serie de suicidios de adolescentes ocurridos en esa localidad entre abril y junio. La calma aumenta a medida que pasan los días (no ha habido nuevos casos -o no trascendieron a la prensa- desde hace más de una semana). En ese contexto, diferentes iniciativas procuran generar una red de prevención.

Hoy, por ejemplo, los alumnos de octavo año de la Escuela de Comercio Nuestra Señora del Rosario -donde asistían tres de los chicos que se quitaron la vida- asistirán a una jornada de convivencia, con trabajos recreativos y de concientización.

Directivos de la Escuela manifestaron que incluso cabía la posibilidad de que la actividad -coordinada por la mesa de gestión (ex comité de emergencia)- cuente con la presencia del ministro de Educación salteño, Leopoldo Van Cauwlaert.

Entrevistas
Por su parte, la decena de profesionales de Rosario de la Frontera que pudo costear el curso virtual que brinda el especialista porteño Carlos Martínez -cuesta $400- estudia la posibilidad de implementar una encuesta entre los adolescentes. Esta Entrevista de Evaluación de Riesgo, que permite identificar a los chicos en estado crítico, brinda datos esenciales para elaborar campañas de concientización y prevención.

El formulario de esa entrevista -al que tuvo acceso el diario- incluye preguntas sobre los indicadores señalados como de riesgo general, como los intentos previos, propios o de familiares, sobre todo si éstos han sido silenciados; el insomnio crónico no resuelto; el fracaso escolar o académico; los cambios abruptos en personas débiles o inseguras; las rupturas o quiebres afectivos y económicos; la incomunicación o indiferencia familiar; las enfermedades mentales sin atención o mal atendidas; las adicciones al juego, al alcohol, a las drogas; la afección a las armas; las enfermedades terminales (tales como: cáncer o sida, entre otras); las amenazas masivas a la dignidad persona (abuso sexual, maltrato físico, verbal o psicológico, privación de la libertad), entre otras.

La entrevista también señala como indicador de riesgo de suicidio en el caso de los adolescentes a la depresión y desesperanza; la decepción y culpa ante la imposibilidad de satisfacer las expectativas paternas; los antecedentes de suicidio en familiares, amigos y compañeros; las dificultades en la comunicación o tendencia al aislamiento; el abuso de sustancias tóxicas; los cortes o golpes en el cuerpo; las ideas, fantasías o intentos previos y el considerar al suicidio como un acto heroico.

Los profesionales involucrados en la capacitación de Martínez analizan implementar el relevamiento entre los alumnos de la media decena de escuelas secundarias que hay en la ciudad. Sólo de esa manera sería posible obtener un mapa más claro de la situación. Sin embargo, algunas fuentes expresaron que falta definir cómo se procesarán las conclusiones que emanarán del estudio. "La cuestión es determinar de qué manera se puede hacer algo con esa información, que sabemos de antemano que no será precisamente poca", deslizaron. Esa incertidumbre se combina con la falta de definición sobre la segunda etapa de la capacitación, que originalmente preveía la intervención personal de Martínez y su equipo en Rosario de la Frontera. Pero las distancias son difíciles de romper, sobre todo cuando suponen gastos cuantiosos.